Hoy en la Trastienda de Quedeflores.com vamos a hablar de una de mis obras preferidas, “La Primavera” del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli que pintó en torno a los años 1478-1482 y que mide 203 cm de alto y 314 cm de ancho.
El cuadro muestra una serie de escenas que pueden parecer inconexas y que hacen que historiadores y críticos no se pongan de acuerdo sobre su significado. En el centro de la imagen podemos ver a Venus llevando sobre su cabeza una especie de aureola hecha con vegetación y sobre ella vemos a Cupido lanzando una de sus flechas hacia una de las ninfas que acompaña a la diosa de la mitología.
En la parte derecha del cuadro, la más interesante, vemos a Céfiro, uno de los vientos, está persiguiendo a la ninfa Cloris y en el momento en el que la toca, esta, empieza a expulsar flores por la boca para transformarse en Flora, diosa de la vegetación y de las flores que podemos ver a su lado esparciendo las flores que conforman su vestido.
A la izquierda del espectador podemos ver a las Tres Gracias, servidoras de Venus, realizando una especie de danza. Junto a ellas podemos ver también al dios Mercurio, mensajero de los dioses y nexo de unión entre el cielo y la tierra.
Son muchas las interpretaciones que se le dan a este cuadro pero yo sin duda me quedo con la transformación de la ninfa Cloris en Flora, siempre me ha parecido una escena preciosa.