Ahora que ya estamos metidos en el verano, en Quedeflores.com vamos a hablar de una de las flores típicas de esta época: los girasoles. Unas flores que dan un toque amarillo a los campos veraniegos y que deben su nombre a que su flor gira a lo largo del día mirando siempre hacia el sol.
El girasol es nativo de América y los españoles lo introdujeron en Europa a principios del siglo XVI. En todo el mundo es cultivado por su carácter ornamental y porque en su fruto contiene hasta un 58% de aceite que tiene múltiples usos.
El Girasol florece durante todo el verano y si se cuida bien y tiene sol, incluso puede mantener su flor en otoño. Aquí os damos algunos consejos para su cuidado:
- Es imprescindible la luz, necesita una ubicación cálida y soleada y es recomendable que esté protegido del viento. Esto hace que sea una flor muy cultivada en el sur y en el centro de la península donde necesita muchos menos cuidados.
- Es muy resistente a cualquier temperatura excepto a las heladas.
- Durante la etapa de crecimiento y floración hay que regarlo abundantemente pero evitando los estancamientos de agua. Si la encharcamos corremos el riesgo de que se pudra el tallo.
- El suelo debe ser muy fértil, por lo que si lo plantamos directamente en el jardín debemos enriquecerlo con materia orgánica.
- Es más recomendable sembrarlo directamente que trasplantarlos ya que no lo resisten muy bien.
- Las semillas hay que sembrarlas a principios de primavera enterrándolas a unos 3 centímetros de profundidad y preferiblemente en grupos de dos o tres.
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