Hoy en la Trastienda de Quedeflores.com queremos hablar sobre uno de los pintores españoles más conocidos y al que se le considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX, Francisco de Goya y Lucientes. En concreto, hablaremos sobre su cuadro “Las floreras” o “La primavera”.
Este lienzo fue pintado entre 1786 y 1787 y pertenece a la serie destinada para el comedor del Príncipe de Asturias del Palacio de El Pardo de Madrid, junto con La nevada, La vendimia y La era. Una serie con la que Goya realiza una alegoría de las cuatro estaciones: (La vendimia-el otoño, la era-el verano, la nevada- el invierno y, finalmente, Las floreras-la primavera).
Una obra llena de elegancia y optimismo en la que vemos una escena campestres, una florera arrodillada bajo un rosal, ofrece una bella rosa a la otra florera que ya ha recogido un ramillete en su regazo. Una niña, con un ramo de flores en su mano, contempla la escena mientras parece tirar de la mano de la mujer que recibe la rosa. Tras ellas, un caballero, con un conejo en la mano pretende sorprender a la segunda mujer y hace señas de complicidad a la que está arrodillada. La liebre simboliza la fecundidad y aparece asociada a la primavera en la “Iconología” de Boudin.
Al fondo se divisa un paisaje que parece la sierra de Madrid y tras ellos, se ve una ermita entre los árboles y un prado con margaritas. Llama mucho la atención la luminosidad del cuadro, la dorada luz primaveral lo baña todo.
En esta obra, Goya ha querido hacerle algún guiño a Velazquez como por ejemplo la postura de la florera que entrega la flor, ya que se parece a Isabel de Velasco en la obra de “Las Meninas”.
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